www.paquebote.com > Juan Manuel de Prada
NOVELA. CUENTO. NARRATIVA.
Para quienes aún entienden que la literatura y la diversión no deben andar reñidas ha escrito Juan Manuel de Prada este libro, una pieza insólita en el panorama editorial de nuestro país que, sin duda, promoverá adhesiones feroces y exabruptos no menos feroces. Entre la narración lírica y el poema en prosa, entre el disparate y la delicadeza, entre la escritura automática y la orfebrería del idioma, COÑOS constituye un homenaje a la mujer y a la literatura, que aspira a la celebración episódica del cuerpo femenino, a la divinización obsesiva de las mujeres a través de las palabras, y muestra al lector que la diversidad es sólo un camino hacia la unidad íntima de la mujer. Burlándose de los géneros, entremezclando lúdicamente el fragmento lírico con las memorias apócrifas, la prosa de estirpe clásica con un humor tributario de las vanguardias, Juan Manuel de Prada nos sirve, en un estilo propio, millonario de metáforas, un libro que podría adscribirse a un género nuevo o excluirse de toda adscripción.
Reciente todavía la publicación de
su inclasificable y divertidísimo Coños,
Juan
Manuel de Prada nos ofrece este volumen de relatos, por el que desfilan
personajes energúmenos o estrictamente crueles, conductas agravadas
de alevosía, premeditación o nocturnidad, desenlaces oficiados
bajo el signo del sacrificio o la villanía.
En El silencio del patinador, asistimos
a la confirmación de un autor heterodoxo, dueño de un estilo
y una fabulación que rozan el virtuosismo, igualmente dotado para
la ironía o el sarcasmo, la recreación de ambientes o la
creación de realidades nuevas. Si en Coños Juan
Manuel de Prada se burlaba de los géneros para celebrar luminosamente
el cuerpo femenino, en El silencio del patinador nos ofrece,
como en un aquelarre, la cara más oculta de las cosas, la radiografía
atroz, visionaria y absurda de una realidad que late dentro de nosotros.
Niños a punto de dejar de serlo, adolescentes inflamados de insomnio,
arribistas acostumbrados a cualquier abyección, escritores enfermos
de mediocridad, bohemios de leyenda y otras faunas mitológicas componen
el mosaico de este libro, convocadas por la prosa delictiva, irreverente
y sentimental de Juan Manuel de Prada. Un libro destinado a perdurar,
que no dará tregua a sus lectores y les abrirá un abanico
de mundos insospechados.
Las máscaras del héroe,
primera novela de Juan Manuel de Prada, confirma sin lugar a dudas
lo que ya muchos intuyeron tras la publicación de Coños
y El silencio del patinador: nos hallamos
ante un autor mayor de nuestras letras, dueño de un estilo propio
y de unos recursos narrativos que delatan al escritor de raza. A lo largo
de seiscientas páginas, Prada despliega una galería
de bohemios santificados por el anarquismo, aprendices de mesías
que juegan alevosamente a la violencia, espectros que habitan el museo del
olvido y figurones sorprendidos en su vida doméstica y nos ofrece
un libro que es a la vez novela coral y crónica literaria de toda
una época, episodio nacional y esperpento, tapiz sangriento y epopeya
íntima de unos hombres que vivieron en medio de la sordidez y murieron
desangrados de tinta o de sangre. Sobre el aguafuerte de la Historia, Juan
Manuel de Prada entreteje las existencias atormentadas y sonámbulas
de sus mil y un personajes, entre los que destacan Fernando Navales, nihilista
y canalla, y su «alter ego», Pedro Luis de Gálvez, aquel bohemio
que prefirió enmascarar su heroísmo con los disfraces del
desgarro y la truhanería, antes de habitar el cielo de las mitologías.
Una obra sin concesiones, negrísima y magistral, que mezcla la precisión
del dato con metáforas deslumbrantes.
Una novela inabarcable como la vida, que consagra
al mejor escritor de su generación y nos reconcilia con el placer
de la lectura.